Heráldica y uniformidad en la Edad Media

La Edad Media es un período singular y muy atrayente desde el punto de vista tanto social como militar. Una época en que las huestes (ejércitos) eran reclutados por levas estacionales y no eran permanentes provocó una casi absoluta falta de uniformidad, sobre todo respecto al extinto Imperio Romano, muy estandarizado y organizado en ese aspecto.


En la Alta Edad Media apenas existe la uniformidad, la forma que tenían las tropas de luchar era juntarse en partidas de guerra o mesnadas por cada lugar de origen, reunidas en torno a un estandarte que les era familiar. Sirvió dado que las cantidades de tropas envueltas en las batallas apenas solían llegar a unos pocos centenares de hombres. A partir de las cruzadas, en torno al 1100 se comienza a dar el fenómeno de la heráldica como elemento de diferenciación, ya que bajo cascos y cotas de malla no era posible reconocer al amigo. Además en las cruzadas se llegó a reunir un número de tropas que hacía necesaria una mínima organización, esto, junto con algunos influjos orientales llevó a que los caballeros y nobles adoptaran símbolos propios para pintarlos en sus escudos, cascos y estandartes. Al tiempo se convirtió en algo hereditario, compartiendo todos los familiares de una casa noble el mismo emblema. Y con el paso de los años la heráldica llegó a ciencia, con normas detalladas y complejas. Pero eso ocurre a finales de la Baja Edad Media, la época que nos ocupa ahora es la Edad Media central, en torno al 1200.





La uniformidad variará respecto a cada señor feudal y sus tropas. El que se lo pudiera permitir se aseguraría que todos sus hombres de armas llevasen escudos con su heráldica o al menos con sus colores. Incluso tabardos con la heráldica o al menos también de su color. Los peones llevarían escudos con el color heráldico de su señor si tenían suerte.



Por otra parte los caballeros los podemos dividir en caballeros "simples", es decir, sin feudo propio y al servicio de un señor, lo que implica que llevarían también su heráldica, aunque en este caso de forma más completa y detallada normalmente. Y caballeros hidalgos, infanzones, etc...que pertenecerían a la baja nobleza y tendrían algún feudo, ya fuera una aldea, un molino o una torre, por lo que es más común que tuviesen heráldica propia a su vez, o al menos unos colores propios, a pesar de servir por vasallaje a un señor menor.



Caso aparte son los caballeros villanos y las milicias concejiles, ambos las tropas constituyentes de las mesnadas que aportaban diligentemente las villas castellanas a las cabalgadas y expediciones reales, o incluso dirigidas y financiadas por las propias villas. En éste caso se mezclarían los colores y heráldica de la villa con los reales, al ser villas de realengo directamente bajo autoridad real. En la misma distribución que antes, a mejor nivel social más detalle en el equipamiento, uniformidad e identificación.




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